Segundo Fidel Maldonado Tapia
“Con el invierno vamos a darle vuelta al año”, fue la expresión de un
campesino al ser requerido sobre el clima que azota a Loja, la región sur del
Ecuador y al país entero, es que según su explicación, prácticamente no ha
habido verano desde el año pasado, se han presentado pocos días de sol que
equivalen a lo que llama nuestra gente del agro “un veranillo”.
Es decir las lluvias han sido permanentes lo cual de una parte, en cierta
forma ha beneficiado a una parte de la población en sus procesos de siembra y
regadío, pero al mismo tiempo ha sido causa de desgracias y efectos
desfavorables para otras personas y sectores de la economía, puesto que con el
exceso de lluvias se ha afectado especialmente la vialidad de esta parte de la
serranía, complicando las vías de acceso hacia y desde la costa y oriente
ecuatorianos.
Las vías que hasta hace poco nos enorgullecían de a poco se han afectado
con derrumbes y deslaves, con importantes rubros de pérdida en la economía,
puesto que las interrupciones causadas, sin contar con las vidas que se han
cegado, los perjuicios alcanzan sembradíos estacionales, de ciclo corto y en
fin la producción agropecuaria encarecida.
Retomando la situación vial, conviene reflexionar en la trascendencia de la
construcción de carreteras por zonas de alto riesgo, puesto que los taludes si
no son tratados convenientemente, son las potenciales tierras de deslave las que nos complican con
saldos negativos.
Nuestras vías de interconexión vial terrestre,, por las experiencias de
otros años, las actuales circunstancias y las necesidades poblacionales, deben
construirse con los parámetros de zonas geográficas de alto riesgo, lo cual se
determina con la participación profesional de técnicos en sistemas de
información geográfica, hidráulica, riego, y sobre todo de Riesgos, puesto que
la mejor acción contra estas eventualidades es la prevención y educación de la
población ante posibles situaciones adversas derivadas del invierno.
La planificación geográfica estratégica es una demanda en la que no se debe
escatimar esfuerzos ni recursos, puesto que nos permite conocer con
anterioridad a los hechos, las posibles fuerzas naturales que podrían actuar en
estos acontecimientos. Las respuestas
emergentes, solucionan el momento, la crisis, pero no preveen lo que puede
sobrevenir, es tiempo de construir con visión holística los caminos de la
patria.