Publicado en El Ecuatoriano Nro. 61
Las carreteras en la vida de las poblaciones constituyen las arterias que
alimentan y retroalimentan la economía regional y nacional, pues por ellas se
transporta la producción característica de cada zona, en lo agropecuario,
manufacturas e industriales, así como se introducen los elementos foráneos para
complementar su desarrollo, mejorar la producción y elevar el nivel de vida de
sus habitantes.
En los últimos años, el gobierno nacional se ha preocupado grandemente de
las carreteras que interconectan las diversas provincias y regiones,
posibilitando el progreso de sus habitantes, que han encontrado en estas infraestructuras
un apoyo positivo, así se ha incrementado el intercambio comercial, facilitado
el acceso de turistas nacionales y extranjeros, es decir se ha proyectado en
mejor forma los esfuerzos para generar riqueza.
En la región sur oriental, el mejoramiento vial que interconecta la sierra
con la amazonia es una realidad con la vía pavimentada de 65 Km de extensión, que
une Zamora Chinchipe con Loja, eje vial de suma importancia que tras largos
años de espera ha tenido sustancial mejoramiento.
Sin embargo la naturaleza y el clima, también tienen su influencia, pues
las lluvias periódicas y el advenimiento de la estación invernal propiamente
dicha, ha dejado secuelas que ya se manifestaron en años y meses anteriores al
producir deslaves y derrumbamientos de taludes que propiciaron incluso una
declaratoria de emergencia.
Esto de los deslaves y derrumbes, son conocidos y han sido vivenciados por
los habitantes de esta rica región ecuatoriana, que en muchas ocasiones dejaron
saldos trágicos y lamentables en vidas humanas y bienes materiales.
Lo último presentado hace pocos días, es un considerable deslizamiento que
impide la circulación y tránsito normales, en las cercanías de la planta
hidroeléctrica de San Ramón, a pocos kilómetros de la población de Sabanilla y
El Tambo.
Es menester que las instancias que tienen bajo su responsabilidad los
asuntos viales, prevean estas contingencias, para evitar abruptos cortes e
interrupciones, pues esta vía es la única que interconecta la zona sur, pues
hacia el norte de alguna forma se alivian con las carreteras hacia Morona
Santiago a través de Gualaquiza, desde donde se puede llegar hacia Cuenca y
Macas.
La importante infraestructura construida no puede dejarse de dar
mantenimiento, pues como se ha dicho las inclemencias del clima y la naturaleza
propia de la zona, demandan una actividad permanente y con visión de futuro,
ejecutar los correspondientes trabajos, terrazas y desbanques adecuados para
garantizar la fluidez del comercio, el transporte de personas y el intercambio
que propicia progreso y bienestar.