Ing. Luis Sivisaca Carguay |
Todos sabemos que el agua es
vida, es decir es esencial para todo ser vivo, si prescinden de ella todos mueren.
Además el agua sirve y se usa para las curaciones, preparar los alimentos,
bañarse, limpieza en general, producción agropecuaria, minería, industria, etc.
Como nos podemos dar cuenta el agua es utilizada en toda actividad humana,
segundo a segundo, constituyéndose en un elemento natural estratégico
para la naturaleza y el ser humano.
Sin embargo, ¿por qué no hay sensibilidad, conciencia y una racionalidad
de parte de la mayoría de los hombres y mujeres en cuidar, conservar y defender
el agua?
Se hace la pregunta porque en la
actualidad se evidencia que la acción humana, día a día, se intensifica en
contaminar el agua: al evacuar las aguas servidas, residuales y los plásticos, directamente
a los humedales, quebradas y ríos; destruyen la vegetación, provocan incendios
forestales, utilizan agroquímicos en la agricultura; emplean ácidos y metales
pesados en la minería y en el procesamiento del petróleo, a sabiendas que, el
agua, este líquido vital es esencial para la vida. Todo esto es producto de una mentalidad y
actitud contradictoria e irracional de la mayoría de la población y de las autoridades,
en los diferentes niveles de gobierno, que no hacen nada para cambiar esta
realidad.
Claro está que en los últimos
siglos la humanidad, en su evolución, perdió y transformó la cosmovisión del mundo
y del agua. La historia relata que hasta los años 1 500, el hombre tuvo una
visión orgánica y holística del medio en que vive, puesto que consideraba que
la Naturaleza es viva, que todo está relacionado con la vida y que el hombre es parte; por tanto el agua era un
bien común. Sin embargo, a partir del siglo 15 hasta 1 970, el hombre asume una
visión mecánica, capitalista y mercantilista del mundo, determinando que la
Naturaleza es una máquina, de la que hay que
sacar el máximo provecho y que él es el amo y señor; que el agua es un recurso
natural. De los años 70 hasta la fecha,
al agua se convierte en una mercancía, una cosa que se puede comprar y vender, convirtiéndose
en un bien escaso y que algunos países han agotado sus fuentes de agua y han comenzado
la privatización de las fuentes de agua y el precio se eleva a niveles
inalcanzables, agudizándose aún más el problema para la sociedad urbana y rural.
En este contexto, la razón para
que prime la visión capitalista en la mayoría de los países del mundo, respecto
del agua, tienen responsabilidad los “líderes políticos”, los gobiernos de
turno de los “países desarrollados”, las transnacionales y los gobiernos
títeres de los grupos hegemónicos del poder político, económico y militar, quienes
han jugado su rol de contribuir y hacer que se replique este sistema en la
mayoría de los países del planeta Tierra. Los resultados son: el cambio de la
cosmovisión de ver el mundo y de manera particular del agua, ahora la mayoría
de la gente ha formado otro esquema mental, prevaleciendo que el agua es una
mercancía.
Frente a esta realidad alarmante,
es hora que los pueblos del mundo vuelvan a pensar de manera crítica y
autocrítica, y actuar con mucha racionalidad y responsabilidad frente a la naturaleza,
caso contrario se acelerará la extinción de la humanidad en el planeta Tierra. Es oportuno volver a estudiar la visión
holística y ecológica de la naturaleza, que luego de su comprensión
empoderarnos de ella y aplicarla en el diario vivir de la gente. Es hora de
reaprender.
Luis Sivisaca Caraguay,
Articulista
CI: 1101980009
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