BIENVENIDOS

Agencia Latina de Información, Publicidad y Turismo, -ALIPT- empresa que ofrece servicios de información social pública y asesoría en comunicación social, relaciones públicas, protocolo, Maestría de Ceremonias.

lunes, 28 de octubre de 2019

ORACION FUNEBRE POR JOHN PAUL MALDONADO TAPIA





Queridos familiares
Estimados amigos:

Quien lo creyera, hasta ayer éramos cuatro hermanos hoy llegó el quinto de los que finalmente seriamos siete, gordito, trigueño, sonriente y muy vivaz, así recuerdo el 15 de junio de 1966, cuando nuestra madre te trajo al mundo portando los genes de Aurio Bolívar y Digna Marina.  Había llegado a ser parte de este mundo: John Paúl Maldonado Tapia.
Sí señor, teníamos un nuevo hermano, otro chico para alegrar el vecindario.  Y es que tener un hermano es el mayor regalo que pueden hacernos nuestros padres, por eso, se dice que cada hijo o hermano multiplica la felicidad en la familia o la resta si perdemos alguno de ellos.

Tener un hermano es un bello regalo de Dios en esta vida, contar con un ser que tiene nuestros mismos genes y que ha sido nuestro compañero del alma desde que éramos niños, pasando las mismas alegrías, tristezas y tantas experiencias que solo se pueden compartir con un ser que lleva nuestra misma sangre. Es un cómplice, un aliado, un amigo, un pedazo de nosotros mismos y que, de una u otra manera, estará ligado por siempre a nuestra vida. Un hermano es parte de nuestro propio corazón, no importa si nos llevamos bien o mal con ellos, pues siempre estarán cuando los necesitemos.

Junto a nuestros padres es el mayor apoyo y compañero en la vida, con el que podemos compartir juegos, alegrías y experiencias que jamás olvidaremos.

Pasaron los años y pronto fuiste un nuevo inquilino en las aulas de la Escuelita “’Miguel Riofrío”, creciendo en estatura física e Intelectual, borroneando en el cuaderno tu nombre y las tareas, tus gustos y tus afectaciones.
 
De ahí los pasos a la secundaria se acortaron y llegaste a ser parte del Colegio Experimental “Bernardo Valdivieso”, con tus grandes aficiones, la lectura y el deporte, el fútbol la pasión de multitudes invadió tu ser, así caminaste, de un lado colgando los cuadernos y del otro el balón, acariciando la emoción de vulnerar el arco contrario.

Bellos, momentos, inolvidables instantes cuando fuiste parte del equipo Deportivo América del barrio San Sebastián, en cuyas filas militaste y compartiste lo agridulce de la derrota con el deleite de los triunfos.  Respeto, compañerismo, solidaridad y amistad se hicieron parte de tu esencia. La barriada creció y también las organizaciones sociales y deportivas, llegando a vestir la camiseta del Deportivo Urdesa, los torazos del barrio obrero lojano.  Cómo olvidar las escapadas para entrenar y mejorar, los ensayos e ilusiones de llegar a las grandes ligas, eran los sueños, las quimeras y el embeleso del arcoiris juvenil de aquellos años.

El cumplimiento del deber, el responsable desempeño fueron tu norte y guía, así por voluntad propia te incorporaste al servicio militar y recibiste instrucción en el Grupo de Caballería Dávalos de la ciudad de Cuenca, donde germinaría la semilla del servicio a la comunidad, del dar antes que recibir.  Te Licenciaste pero seguiste unido al deber patrio con los periódicos y temporales Cursos de Reservistas, llegando a obtener el grado de Suboficial de Reserva.

En plena juventud iniciaste el enfoque hacia la vida real, estudiando la técnica y circunstancias de la Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Loja, donde conocerías el amor, de la mano de quien posteriormente seria tu esposa, ella, la que inspiraría mejores tiempos, con la que compartirías los días y años posteriores, fue cuando conjugaste el verbo amar con Nancy Yolanda Ajila Granda.
 
Frutos del amor son tus hijos: Paula Stefania, Krupskaya Johana, Juan Andrés y Melany Maldonado Ajila.

En estos difíciles y dolorosos momentos, la madurez del pensamiento de tus hijos expresan: La vida es una serie de acontecimientos múltiples, con una gama de contingencias diversas, barreras que supiste superar de manera avante, te fuiste de manera inesperada, partiste a un camino que no podemos transitar, te adelantaste de manera intempestiva, para poder reencontrarnos en un tiempo diferente, sin embargo nos dejas un legado invaluable, tu carisma y empatía con todas las personas a las que desinteresadamente brindaste tu amistad y perdura en la memoria de quienes te conocimos en las que generosamente sembraste en su corazón la semilla de la amistad, ejemplo de sacrificio con tu familia como un hombre trabajador.
 
En esta vida nadie nació aprendiendo a ser padre, pero tú con tus errores y virtudes nos enseñaste a cómo afrontar los obstáculos, siendo tú nuestro ejemplo de humildad, sencillez, compromiso a no creernos superior a nadie, valorar el esfuerzo del día a día, a valorar la palabra.

La pasión paterna por la comunicación social contagiaría tus días incorporándote al equipo de la empresa familiar Radio Fantasía Stereo 94.3 en Frecuencia Modulada, la primera estación de su tipo que hubiera en Loja, en la cual dieran sus primeros pasos muchos de los actuales comunicadores sociales lojanos, y en la que entregaste largos años de incansable actividad al servicio de la comunidad, desempeñándote como un polifuncional aporte en el Control Técnico de Sonidos, Secretaría y Locución.
Igual con singular entrega participaste de la corta pero fructífera vida, con importante aceptación social del Diario Libertad, en conjunción de esfuerzos familiares.

De ello dan cuenta en estos días los mensajes recibidos de amistades residentes desde  España e Italia en Europa, de Norteamérica, de Ecuador y la provincia de Loja, evocando tu historia, recordando tus acciones.

Hoy la comunidad lo sabe y lo ratifican tus hijos, hemos compartido penas y alegrías, llantos y sonrisas, porque los hermanos son como las estrellas, no siempre las puedes ver pero sabes que están ahí. Porque los hermanos, tenemos ese  lazo indestructible donde la vida comienza y el amor nunca termina.

Hace exactamente por pocos días, casi un año, que hubimos de dar postrer adiós a nuestra madre, cuando por designio de Dios se incorporó al firmamento como una estrella más, si y con ella ahora eres la estrella que guía y que abre nuestros caminos para poder seguir hacia adelante, nos diste una lección de vida y superación por eso siempre te llevaremos en un lugar preferente del corazón.
El decir popular con mucha filosofía al estilo de Garrison Keillor nos dice: “Cuando un hermano muere, parte de tu niñez se desvanece, pues hay una persona menos con quien recordarla” .  Pues no importa qué tipo de relación de hermanos se haya tenido,  cuando uno de ellos muere, duele mucho. Es importante comprender que el dolor no es un signo de debilidad, ni una falta de fe, el dolor es el precio que pagamos por amar.  Los hermanos sufren la pérdida de su presencia, de su compañía, de futuras oportunidades y además, se enfrentan a un gran cambio en el esquema familiar. Los hermanos sufren a su modo, el dolor de la ausencia. Todos sufrimos de diferente manera. No se diga lo inmensurable del dolor de quienes siendo hijos pierden a su padre.

Y como a todos a su turno, hoy nos corresponde a nosotros, decir adiós al hermano, al esposo, al padre, al amigo, al compañero.

Las voces de tus retoños lo confirman, dentro de tu larga trayectoria cumpliste funciones que destacaron en tu vida profesional como periodista, locutor de radio, despachador, guardia de seguridad y cumpliendo tu última función con rectitud y responsabilidad como agente penitenciario.

Duele decir adiós a quien hasta hace pocas horas fuera, eficiente servidor público, honesto caballero y buen amigo en el desempeño como Agente Penitenciario en el Centro de Rehabilitación Social de Loja.  Cuanto dolor y no menos angustia, nos estruja el corazón estos instantes, estás camino al infinito, pero nos dejas la huella sempiterna de tu don de gentes, ejemplar comportamiento e inolvidable persona.

Papá,… Papi…  esto no es un adiós es un hasta luego, nos quedamos con todas tus enseñanzas, sabios consejos y sobre todo el ñeque que siempre nos demostraste, si mil veces nos caemos mil veces nos levantamos, con toda esa actitud positiva y energía para hacer frente a la vida y no rendirnos ni dejarnos vencer, siempre luchando unidos y con fe en Dios.

Gracias a todos y cada uno de nuestros familiares y amigos por los gestos de bondad y palabras de consuelo.  Gracias a sus compañeros de labores por su solidaridad. 

Hasta siempre John Paúl, que el buen Dios te tenga en su seno y que retomes el cariño paterno y maternal de nuestros padres, allá en el insondable paraíso de las almas.

Gracias a todos ustedes por su solidaridad.

21/10/2019