Buenos días estimados amigos de Radio Romántica 95.7 FM de la ciudad de Yantzaza en la provincia de Zamora Chinchipe, les saluda Segundo Fidel Maldonado Tapia para ofrecerles el artículo de opinión de hoy
En Ecuador estamos viviendo
circunstancias no cotidianas en el diario vivir, cuando en la vida nacional
afrontamos las circunstancias relacionadas con la disposición constitucional de
haber anticipado la conclusión del lapso normal para el que fueran electos los
integrantes de la Asamblea Nacional y Presidencia de la República., por
circunstancias excepcionales, señaladas en la Carta Magna, y que pone en
práctica y por supuesto en dura prueba los cimientos democráticos de la vida
republicana.
En efecto, tanto asambleístas
como Presidente de la República debían concluir su periodo de actividades en el
mes de mayo de 2025, luego del cual asumirían quienes hubiesen sido electos por
el pueblo para un nuevo periodo gubernativo, sin embargo las cosas no son así,
el actual Presidente, electo y en funciones desde el 2021 para un lapso de
cuatro años, hizo uso del mecanismo constitucional de la llamada “muerte
cruzada”, para acabar con el periodo de los miembros de la asamblea nacional y
por supuesto acortar el suyo propio, para que el pueblo mediante elecciones
anticipadas elija a sus nuevos representantes y gobierno.
Esto por un lado demuestra las consecuencias del antagonismo político entre los poderes ejecutivo y legislativo, en un enfrentamiento obstructivo propiciatorio de la ingobernabilidad, donde se han desnudado las ambiciones y proyecciones políticas de los bandos en disputa, donde el Ejecutivo no pudo contar con un mínimo indispensable de legisladores afines o convergentes que impulse y apoye las iniciativas colegislativas para tener un marco legal que permita gobernar conforme a lo que eligió el pueblo en las urnas, al pronunciarse por un candidato y su propuesta de gobierno.
Por otro lado, los compromisos legislativos de los asambleístas, electos por el mismo pueblo que otorgó el triunfo electoral al Presidente, quienes consolidaron una mayoría opositora al régimen y que a toda costa, sin reflexionar en los anhelos de sus electores, sueñan y se entusiasman con el retorno de un régimen que en su momento fuera repudiado por la mayoría de ecuatorianos, así lo demostraron los resultados electorales, régimen en el que algunos de sus dirigentes, funcionarios y amigos fueran denunciados, acusados, juzgados y condenados por actos de corrupción impúdica e insaciable, quienes para burlar el cumplimiento de sentencias ejecutoriadas están prófugos, como lamentable resultado nos tienen en un nuevo proceso electoral extraordinario y de excepción.
Esta situación emergente, no puede
asumirse como un proceso electoral más, no conciudadanos, estas circunstancias
que han conmovido a la democracia ecuatoriana, son un poderoso llamado de
atención para todos, pues las difíciles circunstancias y secuelas que nos
azotan, el haber sobrevivido a una pandemia mundial, la recesión socioeconómica
resultante del autoencierro para evitar sucumbir al desastre, el haber tenido
que aprender y practicar, con la ayuda de las nuevas tecnologías, el
teletrabajo; el obligado cierre de negocios, empresas, emprendimientos, sea por
quiebra u otras causas que incrementaron el desempleo y la pobreza, cínicamente
maquillados como “empleo no adecuado” y otros términos kikuyescos de la
economía moderna, la pérdida de valiosas vidas de familiares, cabezas de hogares;
los innumerables sacrificios para reactivarnos luego de la crisis salubrista
mundial, no pueden ser echados al olvido así porque sí.
Es el momento y la hora de hacer prevalecer nuestras decisiones respecto de quienes serán nuestros gobernantes y representantes legislativos, que haya cordura y ecuanimidad al momento de elegir, basta de irresponsabilidad con nuestro propio destino, que no es solamente el personal de cada uno sino el de la familia en su conjunto, queremos trabajar es el clamor de padres de familia, profesionales, técnicos y ciudadanos comunes; la niñez demanda educación no alienación; la juventud exige formarse técnica y profesionalmente conforme a su vocación y aptitudes, sin que los burócratas diseñen su destino para tal o cual profesión, en tal o cual establecimiento y ciudad, para tener trabajo y remuneraciones dignas; las amas de casa y los hogares deben de contar con todos los insumos, alimentos y artefactos que requiere la vida moderna, sin sacrificar bienestar y desarrollo familiar y humano; que acabemos con la inseguridad, que tengamos paz para producir las 24 horas del día, que podamos transitar sin sobresalto ni temor de ser víctimas de la delincuencia, la extorsión, las vacunas, el narcotráfico ni el terror, por calles, plazas, carreteras y poblados; en fin en las próximas elecciones a realizarse en el mes de agosto de este año, definamos nuestro futuro con sensatez, que seamos cerebrales no emotivos ni sensibleros para decidir nuestro voto.
Los invito a que conozcamos, investiguemos y decidamos sobre los ciudadanos candidatos, no caigamos ni atendamos la promesa fácil de dar y hacer imposibles, nunca más improvisaciones, ni populismo, pongamos la farándula en su puesto, basta de aventureros politiqueros y asumamos con inteligencia y fervor cívicos la obligación de ser auténticos, honrados y honestos, somos un pueblo noble, respetuoso, valiente y trabajador; no somos ni sumisos ni timoratos; que el solsticio de verano del día de ayer sea el mejor augurio para saber decidir sobre nuestro propio progreso y bienestar.
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