SALUDO AL PERIODISTA ECUATORIANO
Las actividades profesionales del periodismo, de la comunicación social, las relaciones públicas, en el mundo son similares, somos personas que independientemente o ligadas a alguna entidad pública o privada realizamos las acciones de la comunicación, sirviendo a la comunidad, contribuyendo a su progreso y desarrollo, obteniendo a cambio los elementos para una convivencia digna, de mutuo respeto y reciprocidad en los beneficios.
El mundo de la comunicación es mágico, sorpresivo, nos lleva a caminos y vericuetos de la existencia humana, de las relaciones y reacciones, que nos permiten ahondar sin quererlo en la naturaleza profunda de las personas, sus amores y odios, temores y ansiedades, libertades y privaciones, desempeños y simplicidades que al final del camino o del tema, nos ponen frente a la cruda realidad, es decir, no tenemos más que la descarnada y desnuda visión o presencia del hombre o mujer, niño o anciano, tal y conforme es, es decir sin los atavíos con los que las diferentes culturas nos ponen frente a la vida, sin las prendas: físicas ni espirituales, adquiridas mediante el conocimiento, la buena o mala fortuna, la buena o mala fe, solamente tenemos al humano tal y conforme es.
En ese desempeño, la mayoría de las veces incomprendido, porque no siempre se está del lado o de la óptica que quisieran los intereses particulares, sino del otro lado, la otra orilla, de la que incomoda a ciertos individuos, que por esos avatares del destino, transitoriamente, porque eso somos, transitorios, están ocupando o desempeñando tal o cual función, cargo, dignidad, responsabilidad y de la cual en algún momento, tarde o temprano, deberán rendir cuentas, asumir las consecuencias de sus hechos, acciones u omisiones.
Porque nuestro desempeño encuentre siempre la transparencia del ejercicio soberano de la profesión, la comprensión del entorno y la aceptación ciudadana, SALUDO a los periodistas, comunicadores sociales, relacionistas públicos, en fin a todas aquellas personas que ganándose honradamente el pan de cada día, servimos a nuestros amigos, vecinos, ciudadanos, en fin personas a las que muchas de las veces ni siquiera sabemos de su existencia pero que indirecta o directamente se han nutrido intelectual, materialmente, tangible o intangiblemente, de nuestro obrar que no persigue sino el bienestar de la sociedad.
Dígnense aceptar los más fervientes votos porque continuemos siendo la voz, palabra y expresión de los que no tienen voz, ni palabra ni expresión. Por la vigencia de la libertad de opinión y ejercicio de las libertades ciudadanas sin coacciones ni restricciones. Por el imperio del Derecho y la Justicia.
¿Serían tan gentiles de hacerme conocer su opinión?
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