Segundo Fidel Maldonado Tapia
Las expresiones de progreso de los pueblos tienen muchas evidencias y se
nutren del aprovechamiento de los recursos en beneficio de su población, así el
Ecuador desde cientos de años atrás con la presencia y estudios de diversos
investigadores internacionales, ha sido motivo de admiración de propios y
extraños, pues según varios de ellos “… viven pobres, sentados sobre inmensas
riquezas” y además “… se alegran con música triste”, esto como una muestra de conclusiones
eruditas y profanas acerca de las potencialidades de nuestro país.
En los últimos años, hemos visto el creciente desarrollo de nuestras
comunidades a nivel nacional, en mérito al trabajo propuesto y ejecutado en sus
carreteras, por ejemplo, cada vez nuestras poblaciones tienen mejores opciones
para transportar su producción, intercambiar productos, es decir fortalecer el
comercio, aunque a no todos los sectores haya llegado esa muestra de progreso,
todavía hay lugares muy ricos en producción, en turismo, que necesitan de ese
apoyo del presupuesto nacional para concretar su integración.
Los sitios de los cuales se ha potencializado su riqueza o tiene
proyecciones de positiva explotación, especialmente por su tesoro en petróleo,
metales preciosos y no preciosos, sílice, en fin materia primas que debidamente
procesadas, que aunque no se lo hace en el país, están contribuyendo y
sirviendo a incrementar el presupuesto nacional; ya tienen vías de fácil y
cómodo acceso, que realizadas para favorecer estas explotaciones, también han
derivado en elementos de utilidad para que florezcan otras actividades,
permitiendo otras actividades e iniciativas para el trabajo creador de las
comunidades.
Sin embargo la naturaleza se encarga en la mayoría de los casos de desnudar
o poner en evidencia lo frágil del esfuerzo humano, pues cuando se desatan las fuerzas
naturales, quedamos a merced de su inclemencia, sea en torrenciales o
permanentes lluvias, que en el caso del presente año, a decir de muchos
agricultores, prácticamente no ha habido verano; o de periodos de estiaje que socava el
espíritu humano, diezmando la producción agrícola y pecuaria, con tanto
esfuerzo y a lo largo de muchos años obtenida.
La vía que une Loja-Zamora, tiene un largo historial de acciones y
gestiones, de esfuerzos y recursos, en la antigua o inicial vía, de acuerdo con
la realidad de la época en que se construyó, fue una importante obra, aunque
angosta, de muchos vericuetos, bordeando los abismos, cruzando ríos y
quebradas, facilitó el adelanto de la zona sur amazónica del Ecuador. Pasaron los años y se construyó una nueva
vía, asfaltada en primera instancia, posteriormente con hormigón, para
coadyuvar al adelanto de los pueblos orientales, pero también para facilitar la
extracción de sus riquezas en oro, cobre, sílice y otros productos de enorme
valía para la industria internacional.
En el presente año los diferentes deslaves y deslizamientos en la carretera
han motivado la declaratoria de emergencia de la vía Zamora-Loja, con lo cual
se atenderá con prioridad su reconstrucción, lo que se aspira sea en el corto
plazo, sin embargo no está demás que como un trabajo complementario para
justificar la emergencia, que no sea solo para los sitios de destrucción o
reparación de la vía, se hagan trabajos adicionales como sitios de parqueo para
descanso de conductores, sitios de observación del maravilloso paisaje o de
reparación de automotores, pues si un vehículo se avería, ocupa una parte de la
carretera hasta que sea remolcado o reparado, con el peligro de ocasionar más
accidentes.
Que se prevea como elementos coadyuvantes al turismo una ciclo vía, ya que se
encuentra en la zona del Parque Nacional Podocarpus, que en los sitios donde se
encuentran las cascadas naturales, se adecúen sitios de atención para el
turista, que en su tránsito hacia o desde Zamora, tenga la opción de evocar y
recordar la zona, con los suvenires, fotografías, gastronomía en fin que se
genere algo de recursos para la zona.
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