Segundo Fidel Maldonado Tapia,
segundofidelmaldonado@gmail.com
La vialidad es un tema recurrente cuando estamos en la época invernal, que
cíclicamente es crítica, pues con las lluvias estacionales se ponen de
manifiesto las necesidades de las diferentes zonas geográficas así como las
debilidades de la red vial, especialmente en una geografía agreste y caprichosa
como la de la región sur del Ecuador, que en los últimos años ha merecido
atención de parte del gobierno central, con obras que a vista de todos ha
favorecido el intercambio comercial, la afluencia turística, en definitiva la
prosperidad para los productores
agropecuarios que tienen mejores posibilidades de sacar sus cosechas
hacia los mercados, y la adquisición a precios asequibles por parte de los
habitantes de poblados y ciudades, pero que no es suficiente.
Persisten problemas de deslaves que han motivado declaraciones de
emergencia, por ejemplo en la vía Loja-Zamora, que en los sitios críticos donde
las empresas constructoras están desarrollando sus trabajos, imposibilitan la
normal circulación, con determinación de horarios para el paso, que todos aspiramos
sean solucionados en la brevedad posible.
Así mismo hay sectores donde es prioritaria la atención, como la vía
Zumba-San Andrés-Jimbura – Amaluza - Quilanga, donde existen extensas zonas
productivas y ricas, producto del trabajo de nuestros campesinos, que se ven
imposibilitados de salir con sus productos a las zonas de comercio y
consumo. Las vías existentes son de
tierra, en tramos con lastre, pero que demandan atención, mejoramiento hacia la
modernidad, con sitios de excepcional belleza para el fomento de la industria
sin chimeneas, así por ejemplo para impulsar las visitas de expertos en
biodiversidad y turistas, como es el Parque Nacional Yacurí en el sur oriente
ecuatoriano.
Las tradicionales vías que unen nuestros cantones como Gonzanamá, Calvas,
Sozoranga, Macará, cuya atención se encuentra en ejecución, las vías de Celica,
Puyango, Pindal, con ricas zonas productivas, valles y praderas, serranía agreste
pero de singular belleza, persisten con las limitaciones humanas en su afán de
dominar la naturaleza, pero que no son imposibles de solucionar.
La rigurosidad del invierno, que en el presente año, según los pronósticos
de los entendidos, se prolongará con inusitada abundancia de lluvias, hace
prever que continuarán mostrándose las debilidades de ciertos tramos, en todo
el país, por lo que es conveniente una debida y oportuna planificación de la
prevención de riesgos, para evitar desgracias personales y cuantiosas pérdidas
materiales.
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