Segundo Fidel Maldonado Tapia
Los difíciles momentos que aquejan a la economía en lo nacional y en lo
internacional, las diversas razones de la baja en muchas áreas de la vida económica
cotidiana de los Estados, caída de precios, procesos inflacionarios,
deficitaria producción, exceso de oferta y casi sin demanda, iliquidez,
endeudamiento, en fin una serie de asuntos y cuestiones que influyen en la
tranquilidad de los días de los ciudadanos, ocupan páginas de los diarios,
tiempo de los informativos de los medios electrónicos, hace que en lo pequeño,
desde la óptica individual observemos los acontecimientos y vivencias que nos
toca enfrentar.
A ello se suman las situaciones domésticas que de una u otra manera también
sufren las consecuencias de la economía nacional e internacional, pues los
ingresos de los padres, mamá y papá, pues los dos en los tiempos actuales deben
trabajar para sostener el hogar, no alcanzan a cubrir las necesidades
familiares, lo que limita la satisfacción de las demandas de alimentación,
vestido, vivienda, estudios, y ¿por qué no? de alguna que otra distracción
familiar.
Por todos lados se escuchan análisis y lamentos, optimismos y pesimismos,
que en la época de las vacas gordas se debió ahorrar para cuando lleguen los
tiempos de vacas flacas, que debió hacer esto y lo otro, en fin, unos análisis
complejos y otros sencillos, que traen a la memoria las lecturas bíblicas de la
vida del hebreo o judío, José, en el imperio egipcio, que pudo descifrar el
mensaje de los sueños del faraón, para vislumbrar las acciones preventivas en
los mejores años para satisfacer la carencias de otros.
En los tiempos actuales, las nuevas generaciones deben asumir o enfrentar
los retos de la modernidad, la tecnología, los
nuevos estilos de vida, para ello acuden a los establecimientos de educación del pre y posgrado, muchas horas
dedicadas a conocer e investigar, experimentar, innovar, retroalimentar la
memoria cultural y vivencial, en ellos están plasmadas las esperanzas de padres
y familiares, de la sociedad toda.
De ello surgen las interrogantes: ¿se preparan nuestros jóvenes para la
vida práctica y los retos de la modernidad?
¿Cuántos proyectos o propuestas asertivas, de los jóvenes, tienen cabida en los nuevos años para invertir, promocionar,
estimular, en fin destacar y enaltecer la vida? ¿Tendrán aceptación en el
gobierno, en los inversionistas, habrá líneas de crédito en condiciones blandas
para emprendimientos? ¿Son propuestas
para mejorar la producción, reverdecer los campos, mejorar la industria,
promover la pequeña y microempresa, elevar la producción e impactar en la
productividad? ¿Cuántos de esos nuevos talentos, luego de la formación
retornarán a sus ancestrales sitios familiares para mejorar el trabajo y las
condiciones de vida?
Son algunas de las cuestiones que nos hacemos para continuar sin que nos
abandone el optimismo, de cualquier forma, el sol seguirá saliendo y
alumbrándonos, haya o no soluciones a nuestros problemas, la humanidad
continuará caminando en su destino si es que lo hay, y con nuestras propias
fuerzas y arrestos, confiando en nuestra capacidad, no nos quedaremos rezagados
en la orilla del camino, postergados y olvidados, eso sí es seguro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario