Publicado el martes, 16 de septiembre en Diario "Centinela"
Segundo Fidel Maldonado Tapia.
Las celebraciones nacionales no cuentan con la fecha especial del 18 de
septiembre de 1859, en la cual se suscribió el acta del Movimiento Federalista
de Loja, que realmente constituye no sólo un llamado de atención en los
difíciles momentos que se vivieron en la gran patria ecuatoriana, sino para
Latinoamérica, pues pocas son las altas expresiones a los que han llegado
pueblos nobles y altivos como la que se dio en nuestra querida Loja.
Las diferentes crónicas y documentos y escritos en torno a esta lucha, por
connotados escritores, historiadores, sociólogos y personas de las letras, nos
dan una idea más o menos real de los acontecimientos de 1859, desde Pio
Jaramillo Alvarado hasta el opúsculo datado en noviembre del 2006, escrito por
Alfredo Jaramillo Andrade, como parte de las publicaciones de la Comisión
Permanente de Conmemoraciones Cívicas.
Grato es recorrer las páginas que dan cuenta del principal hecho del
Movimiento Federalista de Loja por el “derecho de gobernarse por sí mismo” en
momentos de crisis, degradación y desorden social, ético, político, económico,
que vienen a resultar epílogos de momentos difíciles para iniciar nuevas etapas
de la vida institucional, en base a las experiencias que brindan las acciones
de determinados gestores de la historia, cuya mala presencia como recuerdo
triste de su paso al frente de las
instituciones y de la vida de los pueblos, resulta imprescindible para encarar
con valentía los cambios que se precisan para una renovada etapa.
“Loja, territorial, y moralmente catalogada, tiende su alma universal. Alma ennoblecida con el coraje y generosidad:
características empeñadas al servicio de las grandes causas libertarias. Ha sido la matriz del pensamiento ecuménico
desde épocas muy remotas. Ha sostenido
la dignidad de la patria ecuatoriana contra toda clase de atropellos internos y
ambiciones externas que la hicieron estremecer” dice Alfredo Jaramillo Andrade.
Prosigue destacando que: “… El patriotismo del hombre y la mujer
comarcanos, constituye desde entonces un patrimonio invalorable en el corazón
de América Hispana. Repito, sus hombres
y mujeres han desfilado hasta bordear montañas peligrosas; profundas grietas
del infortunio; y, además, han sobresalido en el consorcio de los pueblos
cultores de la ciencia, del arte, de la literatura, del foro, de la
administración pública y la empresa particular humanitaria al servicio de
propios y extraños.”
Productos del Gobierno Federal de Loja bajo la conducción de don Manuel
Carrión Pinzano que subsisten hasta la actualidad se destacan: “… la creación
de la Corte Superior de Justicia, (15 de octubre de 1859); la creación de la
Universidad Nacional, (31 de diciembre de 1859); y se inician las gestiones
para la creación de la Diócesis de Loja que se hiciera realidad el 29 de
diciembre de 1862….. Estableció los
límites de la provincia “con precisión natural y jurídica, en apenas dos años
de su mandato. Y, si juzgamos la
delimitación provincial con sentido natural y jurídico, lo que se hizo fue
determinar claramente la división política y territorial de la Provincia de Loja, que al igual
que las demás, en esos tiempos, estaban sujetas a datos oscuros e imprecisos.
En consecuencia, lo que hizo Carrión Pinzano fue crear legalmente la provincia de Loja.”
Todos los frutos, experiencias y legados del Movimiento y Gobierno Federal
de Loja, constituyen de por si un patrimonio histórico, social, cultural,
político, de gestión y entrega hacia los más altos ideales de la patria
ecuatoriana, que todos debemos cultivar, exaltar en la memoria colectiva y
darles la permanencia actualizada de un periodo ejemplar para la vida de la
república. Los lojanos con este hito
histórico, tenemos algo más de que sentirnos orgullosos entre las tantas
aportaciones para la vida y el progreso nacionales.
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