Segundo Fidel Maldonado Tapia
“La ciudad de
Loja fue fundada en dos ocasiones: la primera fue en el valle de Garrochamba
(Valle de Catamayo en la actualidad) en 1546, con el nombre de La
Zarza, bajo orden del General Gonzalo Pizarro; la
segunda y definitiva fundación fue llevada a cabo por el Capitán Alonso de Mercadillo en
el valle de Cuxibamba ("llanura alegre"), bajo orden de
Pedro de la Gasca, tras haber sometido a
Pizarro, el 8 de diciembre de 1548.- El General Pizarro mandó fundar Loja con la
intención de tener una ciudad fortaleza
equidistante de las poblaciones en las que se había encontrado oro, esto es Zaruma y Nambija. Durante su época de oro llegó a
tener tanta importancia como Quito o Guayaquil al ser la ciudad donde iban los
recursos de las minas de oro que la rodeaban y al ser el eje económico de su
área de influencia. La última fundación fue realizada por Don Alonso de Mercadillo, quien era
natural de la ciudad española de Loja,
en Granada. En las crónicas de la conquista
española, esta ciudad es nombrada como LOJA. Se asentó presumiblemente sobre
una ciudad de los nativos americanos preexistente. Los pobladores de este valle
se denominaban "Paltas" o al menos con esa denominación les
reconocieron los conquistadores españoles. Loja fue un punto de partida para la
cuenca del Amazonas y la región de El Dorado para los conquistadores españoles.”[1]
Este 8 de
diciembre se cumplieron los 466 años de este hecho que dio origen a nuestra
ciudad de Loja, la extremeña, la ciudad jardín, la fortaleza y centinela en fin
cuantos nombres ha merecido la Ciudad de la Inmaculada Concepción de Loja, al
que nosotros hemos añadido desde hace muchos años el de “La flor andina en el
sur ecuatoriano”, haciéndolo público en todos los eventos en los que he tenido
la oportunidad de participar y a la que rindo especial homenaje por ser mi cuna
y la de mis ancestros.
Por ello me
he permitido hurgar un poco en la historia, para conocer las referencias o
fundamentos de las fundaciones de ciudades españolas, ¿cuál fue el patrón a
seguir?, porque coincidentemente casi todas las ciudades andinas fundadas por españoles
tienen similitudes que las hermanan y a la vez las diferencian. Por ello, sabemos que “La ciudad colonial
española fue el organismo administrativo básico de los virreinatos
españoles en América.- Las ciudades se
construían y se organizaban según el modelo castellano. Se trazaban las calles
conforme a un trazado perpendicular y en el centro se situaba la Plaza de
Armas, donde se encontraban las autoridades locales y religiosas.
Las ciudades se pueden dividir en varias categorías: centros de administración,
puertos internacionales, puertos regionales, centros mineros, centros
indígenas, centros agrícolas, presidios, centros militares de frontera o
centros religiosos (misiones).- En 1502 se decretó la
«Organización urbana ovandina», planteada a través de misiones de colonización
por Fray Nicolás de Ovando, siendo éste el primer
gobernador de Santo Domingo y de las misiones colonizadoras de las Indias.- Se
basa en la colonización de los territorios conquistados a través de la
repartición de tierras, estimulación del mestizaje, elección de alcaldes y
mejoramiento de vida por mérito. En adelante, toda tierra que fuera explorada y
que tuviera los recursos adecuados para establecerse en ella, podría ser
poblada, por capitulación o por comisión. Una vez conquistado el territorio,
podía fundarse una ciudad.- Para esto
hicieron primero una planta, porque todos fuesen uniformes en edificar: los
primeros dieron lugar a la iglesia mayor o menor, según el número de vecinos.
Junto a ella pusieron la casa del padre, delante de la iglesia una plaza muy
grande, diferente del cementerio, enfrente la casa del regimiento o concejo,
junto a ella la cárcel, y allí cerca el mesón o la casa de la comunidad donde
fuesen los forasteros. Todo lo demás del pueblo se dividía por cordel, las
calles derechas norte a sur, izquierdas, este a oeste, en forma de cuadras y en
esta segunda traza se repartieron los solares conforme a la calidad de los
vecinos.[2]
Esta la división y trazado que conforme a la norma
vigente en la época, dieran los fundadores y que constituye la estructura de
las ciudades, en donde se mantienen las tradiciones, se forjaron cuitas,
cultivaron amistades, crecieron sueños y florecieron los hogares. Del cultivo familiar tenemos la herencia
cultural y musical que acompaña a cada lojan@, el buen decir y la elevación
intelectual de mujeres y hombres que son referentes para la ciudadanía nacional
e internacional, así como el ímpetu natural para vencer la adversidad, levantar
la voz en defensa de sus derechos y aspiraciones, con la energía suficiente
para condenar tiranías y poner en su sitio a aquellos que pretendan dislocar su
dignidad.
Siga Loja, por siempre, siendo la ciudad referente
de la cultura, las artes y la intelectualidad ecuatorianas.
http://fidel-maldonado.blogspot.com
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